7 may 2013

Migra acciones: laberinto, palabras, vacío


Migra acciones: laberinto, palabras, vacío.  




“Los viajes son los viajeros.  
Lo que vemos no es lo que vemos, sino lo que somos” 
Fernando Pessoa 



Migrar quizás no resulte solo la acción del que parte -o debe  partir- del lugar de donde nació, sino el modo en que viajamos, real o mentalmente, para reconstituirnos a lo largo de nuestras vida. Por eso palabras como “partir-salir-extrañar-añorar-mudar-explorar…”, son verbos en infinitivo que pueden aplicarse al que “emigra” físicamente, pero igualmente a cualquier desplazamiento humano que  oscile entre ese “ser” y un “estar”, en esa reconfiguración de nuestras múltiples identidades –sociales o culturales, personales y psicológicas.  

La escogencia de tales términos en la exposición Migra-acciones, de Eugenia S Rudin, a partir de un oculto laberinto de crucigramas, junto a la condición in-visible de esas palabras mismas, potencia  ese carácter ambivalente de lo que pudiera representar el “migrar”, en un sentido más amplio y abierto: “renunciar-reiniciar-dudar-desconfiar-conquistar-construir-buscar-desear…”



  Es estimulante que esas palabras,  figuras interrelacionadas de un lenguaje que propone significaciones ambivalentes, deban atisbarse por parte del espectador de una manera siempre fragmentaria y precaria;  solo a partir del “accionar” de la luz de una linterna que nos va ofreciendo -desde su limitado foco o haz de luz-  partes de esas palabras, a veces solitarias o en sus entrecruces, en movimientos que dependen de la luz misma y el accionar de la mano que las busca;  que tenemos que ir reconociendo poco a poco, para intentar descubrirlas no en un ejercicio de lectura lógico-racional, sino en una reconstrucción de asociaciones  que no termina nunca, pues no sabemos lo que esconde la totalidad de esas cinco paredes aparentemente vacías, de la pequeña aunque potente muestra.  

Con puntos de confluencia –e influencias- de artistas que han trabajado a partir de las interacciones entre “imagen y texto” con distintas connotaciones y énfasis (desde conceptualistas clásicos como Joseph Kosuth y Lawrence Wiene, hasta artistas mujeres como Jenny Holzer y Barbara Kruger, o latinoamericanos como Luis Camnitzer y Alfredo Jaar),  así como  bebiendo también de una poesía caligramática y literatura visual que experimentaron en disímiles interacciones entre palabras y figuraciones durante todo el siglo XX y hasta la actualidad,  la muestra Migra Acciones  busca colocarse a medio camino de ese arte y escritura mentales y visuales, como ejercicio comunicativo, pero también como hecho estético.  En ese sentido, esta especie de fantasmal exposición, pareciera hacer suya la sugerente referencia de Michel Foucault a Magritte y su célebre pipa, como negación textual y de representación, cuando afirmó: “La semejanza era la forma invisible de lo que, en el fondo del mundo, hacía que las cosas fueran visibles; sin embargo, para que esta forma salga a su vez a la luz, es necesaria una figura visible que la saque de su profunda invisibilidad”


Por eso, tal vez uno de los mayores “misterios” (para decirlo en términos de Oscar Wilde) que ofrece esa in-visibilidad de las palabras que interactúan en Migra-acciones, sea la incompletud del lenguaje del que habla el psicoanálisis lacaniano, y por extensión, como expresión o metáfora de la precariedad y lo inacabado en la construcción constante de lo “identitario”.

Ese carácter in-visible se evidencia, además, a partir de otro “misterio” que nos ofrece esta en apariencia vacía muestra: esas paredes blancas, raspadas de manera irregular, esconden lo que podemos ver y palpar, solamente a través de  un mecanismo tecnológico asociado a la visión  –la linterna-, pero sobre todo del pensamiento, que activa esas palabras en la mente en crucigramas  fragmentados y laberínticos, que debemos ir  armando poco a poco, como especie de jirones… 


Esa  sutil -pero ultraviole(n)ta-  luz que emite la linterna, en su éterea desmaterialización, artística y visual, también parece de-velarnos “algo” más:  lo que se nos expone o hace visible de pronto, inmediatamente se nos oculta o invisibiliza en otro momento, en una suerte de vuelta a la idea de “galería vacía”,  que aquí es indirectamente negada, a partir del vínculo precario y difuso entre luz y oscuridad, mirada y tecnología; quizás para decirnos con Borges, y retomando esa inicial cita de Pessoa asociada al desplazarse, al viajar o migrar,  que “Los lugares se llevan, los lugares están en uno.”

Nota: Las palabras seleccionadas para esta muestra,  en una estrategia cercana a cierta "estética relacional",  también desmaterializada, la artista las obtuvo con el aporte y colaboración de múltiples personas -sobre todo costarricenses y nicaraguenses- a los que se les preguntó justamente, sobre palabras o términos que podían asociar a los procesos migratorios y sus múltiples dilemas.