25 dic 2011

Joan Fontcuberta: De facto (exposición antológica)

Joan Fontcuberta:De Facto 
reseña crítica aparecida en la revista Exit Express 
a propósito de la exposición antológica en el Palacio de la Virreina  

"Fácilmente aceptamos la realidad, acaso porque intuímos que nada es real". 
Jorge Luis Borges

La exposición antológica De facto: 1982-2008, de un supuesto fotógrafo llamado "Joan Fontcuberta", en el Palacio de La Virreina, Barcelona, transcurre dentro de un laberinto borgeano de historias ficticias, que adquieren vida en referencias cruzadas que van y vienen: de la ciencia ficción (Soyus 2), a la astronomía (Constelaciones); de la biología (Herbarium) a la arqueología (Sirenas); de los estrechos vínculos entre arte y fotografía (Orogénesis, Palimpsesto, Frottogramas), a minimalistas relaciones entre política y geografía (Securitas); de  la religión y el embuste (Milagros and Co) a la comunicación y  el terrorismo (Deconstruir Osama); de la ciudad y el urbanismo (Barcelona), a la Internet y sus recodos infinitos (Googleramas).  

de la serie: "Fauna" (1987)
En este complejo jardín borgeano de senderos que se bifurcan, en esta entropía de imágenes, textos y referentes históricos, espaciales, científicos, políticos, artísticos, filosóficos -entre otros-  tal vez lo primero que llama la atención es el nombre mismo de la muestra: De facto, suerte de paradójica alusión a temas y hechos aparentemente palpables, tangibles, los cuales se expresan a través de imágenes, discursos y narraciones, que a su vez suspenden en un limbo difuso esas mismas representaciones que desata. 

Como él mismo lo dice en una entrevista de manera algo engañosa, pero precisa: "Mi trabajo tiene mucho que ver con el ilusionismo. La principal técnica del ilusionista es desviar la atención. Cuando miras a un lado, te la cuela por el otro…Lo importante para mí no es tanto la foto como su contraste, su diálogo con otros elementos…Hago intervenciones paródicas, acciones de intoxicación informativa, que sirven para llamar la atención sobre los peligros de la credulidad. Algunas de esas obras quedan como caballos de Troya o bombas de relojería sin estallar, esperando su ocasión”. 

de la serie "Googleramas" (2005)
Por eso, siguiendo las mismas recomendaciones que ofrece ese tal Joan Fontcuberta, prefiero adscribirme a esa “filosofía de la sospecha” -de Nietzsche y Benjamin a Barthes y Baudrillard- como actitud de (in)certidumbre frente a las imágenes que expone y a los dispositivos fotográficos que activa, sobre todo teniendo en cuenta que no sabemos quiénes son  esos personajes -¿heterónimos pessoanos?-  que nos propone De facto: Iván Istochnikov, ese desafortunado cosmonauta soviético perdido en el espacio, y en la historia, allá por 1968; o Peter Ameisenhaufen, un naturalista alemán, candidato a premio Nobel, también extrañamente desaparecido; quizás Jean Fontana, ese curioso paleógrafo que descubrió en Salamanca a un homínido acuático semejante a una sirena (hydropithecus del Mioceno), especie de eslabón clave de la evolución humana; o tal vez algunos otros excéntricos personajes, como el temerario periodista infiltrado en las huestes de Osama Bin Laden, o aquel monje de Karelia, que hace milagros de crionización, levitación y ubicuidad, en un monasterio remoto entre Rusia y Finlandia. Quizás por ello Fontcuberta también ha afirmado: “Ofrezco mentiras desactivadas para que el público se prevenga de las verdaderas, de las grandes mentiras. Es como inocular vacunas, para crear anticuerpos…Pretendo que la gente sea precavida, que haga funcionar su sentido común...” 

de la serie "Karelia, Milagros & Co" (2000)
de la serie "Deconstruyendo Osama" (2004)
Por otro lado, este extraño personaje llamado Joan Fontcuberta, podría ser también alguien que ha ganado importantes premios de fotografía, como el David Octavius Hill de Alemania, la Orden de las Artes y las Letras en Francia, el Premio Nacional de Fotografía y más recientemente el Premio Nacional de Ensayo por La cámara de Pandora. O que ha compilado selecciones fundamentales de textos como Estética fotográfica; Ciencia y fricción. Fotos, naturaleza y artificio; El beso de Judas. Fotografía y verdad. Y que ha afirmado a propósito de ello: “escribir sobre arte es una forma de hacer arte. El texto no está separado de la imagen”. 


Pero no solo escritura y texto se entrelazan en este viaje De facto. También se confunden “realidades” y “ficciones”  que construyen constantemente pruebas de verosimilitud, en tanto forma de poner en suspenso la credibilidad misma de esas imágenes y narrativas. Tal vez por eso el propio  Fontcuberta ha dicho: Mi trabajo es muy poliédrico, con un eje común: la crítica a la verosimilitud de la fotografía. Algunas obras son más de investigación de la imagen, de cómo la imagen representa la realidad…Yo apuesto por un trabajo que permita una multiplicidad de lecturas. Quiero que mi obra se independice de mí mismo, de forma que cada espectador pueda establecer con ella un diálogo propio… La fotografía no desvela, sino que siembra la duda, la incertidumbre…” 
 
"El origen del mundo", de la serie "Googlerama" (2005)
 
de la serie "Hemogramas" (2000)

Esa incertidumbre, esa duda, esa sospecha se aúna a la parodia y la ironía,  para poner en puntos suspensivos las funciones y sentidos mismos de lo fotográfico, pues como el propio fotógrafo ha dicho, “es la mirada la que crea”, siguiendo de alguna manera el precepto “saber mirar es un modo de inventar”, de aquel díscolo compatriota suyo llamado Salvador Dalí.

La capacidad de saber mirar para inventar, para crear, es una dimensión que explora casi infinitamente De facto: desde la fotografía análoga a la digital, de la instalación al video, del texto a la imagen. Por eso Iván de la Nuez, el comisario de esta exposición, en algún momento escribe que si el arte y el pensamiento  han apostado con anterioridad a que la imaginación ascendiera al poder (1968), o por el contrario, dar poder a la imaginación (hoy), lo que propone esta muestra es más bien dar “imaginación a la imagen”.

Esa indagación interrogativa sobre las nuevas mediaciones y condicionamientos de la llamada "imagen pos-fotografica" (ver abajo el "manifiesto" del artista), ha llevado a Fontcuberta en los últimos años a la realización del proyecto "A través del espejo", en el que se apropia de múltiples imágenes que diversas personas, sobre todo jóvenes, realizan de su propio cuerpo ante el espejo, poniendo en evidencia ante la propia cámara aficionada, a través del recurso a la "pose", los mecanismos de permanente narcisismo-exhibicionismo-voyeurismo que se han expandido como novedosa forma de gestionar identidades personales en las redes sociales virtuales. 

Como lo expresa el propio Fontcuberta, cuando se refiere a esas "nuevas retóricas expresivas"  de lo posfotográfico en esos nuevos medios virtuales de socialización, donde se disuelven de alguna manera las diferencias entre fotografía "profesional y aficionada",  pero también los vínculos entre cuerpo virtual y cuerpo real, y en última instancia, entre ficción y realidad:  La foto como acto solemne desaparece, también el autor profesional, es parte del proceso histórico de secularización de los que confeccionan las imágenes...Ahora cada uno puede gestionar la imagen que quiere dar al mundo...Con ello la fotografía se desritualiza, ya no se reserva los momentos solemnes. Al contrario: la disponibilidad, la facilidad y la oportunidad de fotografiarlo todo empuja a la foto digital a infiltrarse en el tiempo y en el acontecimiento de lo cotidiano. Hoy todos somos autores de nuestras propias imágenes, nos hemos convertido a la vez en homo fotograficus y en homo spectator. Es cierto que en, esa tesitura, el carácter autoral está en entredicho, pero a cambio de ser, por fin, responsables y dueños de nuestra imagen”. 

Por eso, retomando el exergo de Borges al inicio de esta reseña, habría que volver a otra célebre frase del irónico argentino, relacionada esta vez con la im-posible percepción de la identidad en las prácticas pos-fotográficas contemporáneas, a partir de la ambigua ficción que crea esa otredad especular, que se hace y se deshace, se dibuja y se desdibuja continuamente, cada vez  que lanzamos un clic sobre nosotros mismos: "Estoy solo y no hay nadie ante el espejo".  
 

A través del espejo (2009-10) 






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